"LOS TEJOS MILENARIOS DE BARONDILLO"
Salida Prevista para el 12 de Octubre en Rascafria
TIPO DE RUTA: Lineal, ida y vuelta por el mismo sitio. LONGITUD: 12 Km. ida y vuelta. DURACIÓN APROXIMADA: 4 horas. DESNIVEL: 300 metros. GRADO DIFICULTAD: Baja. Distancia desde Majadahonda 60 Km.
Estos árboles legendarios, tóxicos y muy longevos han sobrevivido entre las nieblas del alto Lozoya, en Rascafría, en la Comunidad de Madrid, los tejos han sido declarados especie protegida en 1985 y se encuentran, no sin dificultad, diseminados por los barrancos umbríos y vaguadas de Somosierra, Montejo, Miraflores, Pedriza, Canencia y valle de la Fuenfría. Pero quizá el único grupo que merece el nombre de tejeda es el que jalona el curso del Arroyo del Valhondillo -o Barondillo, como también se le conoce por derivación fonética-, en la ladera nororiental de Cabezas de Hierro, cerca de las primeras fuentes del Lozoya, que aquí se llama aún Angostura.
Codiciada su madera dura, compacta, elástica, imputrescible y tan resistente, que es fama que un poste de tejo dura más que uno de acero. Impresionan por sus troncos resquebrajados, deslavazados, sustentados por raíces semidesnudas, retorcidas, al suelo mil años arraigadas.
Con sus hojas aciculares y su desgarbada copa cónica, estas coníferas pueden no decirnos mucho más que un abeto, pero veremos ejemplares tan soberbios como el Tejo de la Roca, contorsionándose como una hidra entre los canchos de su base; o como el anciano tejo que, cien metros aguas abajo, parece estar a punto de expirar por su tronco hueco de diez metros de circunferencia y de edad incalculable.
El camino hacia la tejeda nace enfrente de la Casa de la Horca, exactamente en el Km. 32,400, en la margen izquierda de la carretera que sube hacia Cotos, y es una pista cerrada al tráfico, que en su primer kilómetro nos arropa el bosque de ribera entre álamos, fresnos, robles y pinos silvestres, para empezar a escuchar el murmullo río y seguir río arriba por la orilla de la Angostura, hasta los dos kilómetros, para salvar la corriente por un puente de piedra y proseguir luego a mano izquierda ascendiendo en zigzag por la espléndida pinada de pino albar, explotado con criterios de desarrollo sostenido, desde 1855, por la Sociedad Belga de los Pinares de El Paular.
Ahora estamos en un bosque mixto. Entre las plantas perennifolias, abunda el pino albar (Pinus sylvestris ); mezclados con el pinar, hay pequeños bosquetes, o ejemplares aislados, de acebo (Ilex aquifolium ), tejo (Taxus baccata ). Entre las caducifolias, prestan su fronda el álamo blanco (Populus alba ), roble albar (Quercus robur ), serbal de cazadores (Sorbus acuparia ).
A los 2,5 Kms. cruzaremos el arroyo de Valhondillo por un puente y tambien pasaremos un hormiguero de voraces Formica rufa (hormiga roja); la comunidad que vive aquí bien puede sobrepasar los 100.000 habitantes. El nido está excavado en tierra, pero esta comunidad amontona sobre él gran cantidad de broza y ramitas, que constituyen un verdadero aislante térmico frente a las inclemencias del tiempo.
A los 3,5 Kms. volveremos a cruzar por otro puente el arroyo y pasaremos una fuente, y dependiendo de la climatología veremos algunos hermosos ejemplares de setas y algunos ejemplares de pino que llaman la atención, debido a su porte y a su forma llamativa como el curioso ejemplar de pino a los 5 kms., que nos indica con su forma rumbosa que estamos cerca de los tejos milenarios.
En estos montes, la principal actividad humana es la extracción de madera y la actividad secundaria es la cría de ganado vacuno para carne, como veremos, y por un viejo entramado de maderas usado para facilitar el marcado de reses.
A los 5,4 Kms. la pista se extingue a la vera del arroyo Valhondillo, en el paraje denominado Raso del Baile, frente a los tejos Milenarios que desde alli veremos.
Para después de saciar nuestra curiosidad regresar por el mismo camino hasta el autocar que nos volverá a traer a Majadahonda.
Codiciada su madera dura, compacta, elástica, imputrescible y tan resistente, que es fama que un poste de tejo dura más que uno de acero. Impresionan por sus troncos resquebrajados, deslavazados, sustentados por raíces semidesnudas, retorcidas, al suelo mil años arraigadas.
Con sus hojas aciculares y su desgarbada copa cónica, estas coníferas pueden no decirnos mucho más que un abeto, pero veremos ejemplares tan soberbios como el Tejo de la Roca, contorsionándose como una hidra entre los canchos de su base; o como el anciano tejo que, cien metros aguas abajo, parece estar a punto de expirar por su tronco hueco de diez metros de circunferencia y de edad incalculable.
El camino hacia la tejeda nace enfrente de la Casa de la Horca, exactamente en el Km. 32,400, en la margen izquierda de la carretera que sube hacia Cotos, y es una pista cerrada al tráfico, que en su primer kilómetro nos arropa el bosque de ribera entre álamos, fresnos, robles y pinos silvestres, para empezar a escuchar el murmullo río y seguir río arriba por la orilla de la Angostura, hasta los dos kilómetros, para salvar la corriente por un puente de piedra y proseguir luego a mano izquierda ascendiendo en zigzag por la espléndida pinada de pino albar, explotado con criterios de desarrollo sostenido, desde 1855, por la Sociedad Belga de los Pinares de El Paular.
Ahora estamos en un bosque mixto. Entre las plantas perennifolias, abunda el pino albar (Pinus sylvestris ); mezclados con el pinar, hay pequeños bosquetes, o ejemplares aislados, de acebo (Ilex aquifolium ), tejo (Taxus baccata ). Entre las caducifolias, prestan su fronda el álamo blanco (Populus alba ), roble albar (Quercus robur ), serbal de cazadores (Sorbus acuparia ).
A los 2,5 Kms. cruzaremos el arroyo de Valhondillo por un puente y tambien pasaremos un hormiguero de voraces Formica rufa (hormiga roja); la comunidad que vive aquí bien puede sobrepasar los 100.000 habitantes. El nido está excavado en tierra, pero esta comunidad amontona sobre él gran cantidad de broza y ramitas, que constituyen un verdadero aislante térmico frente a las inclemencias del tiempo.
A los 3,5 Kms. volveremos a cruzar por otro puente el arroyo y pasaremos una fuente, y dependiendo de la climatología veremos algunos hermosos ejemplares de setas y algunos ejemplares de pino que llaman la atención, debido a su porte y a su forma llamativa como el curioso ejemplar de pino a los 5 kms., que nos indica con su forma rumbosa que estamos cerca de los tejos milenarios.
En estos montes, la principal actividad humana es la extracción de madera y la actividad secundaria es la cría de ganado vacuno para carne, como veremos, y por un viejo entramado de maderas usado para facilitar el marcado de reses.
A los 5,4 Kms. la pista se extingue a la vera del arroyo Valhondillo, en el paraje denominado Raso del Baile, frente a los tejos Milenarios que desde alli veremos.
Para después de saciar nuestra curiosidad regresar por el mismo camino hasta el autocar que nos volverá a traer a Majadahonda.
2 comentarios:
Interesante visita a Los Tejos de Valhondillo, me parecen unos ejemplares notables.
Yo estoy visitando los existentes en Asturias, si te interesa puedes visitarlos en mi blogg: MIS TEXOS
En la serie de fotografías presentadas en el presente artículo de este blog, hay al menos una que ha sido tomada de la página web http://www.miljardines.es. Es la única fotografía que tiene impresas palabras ("Senderismo", "Naturaleza. Ciencia").
Los textos y fotografías de la actividad presentada en dicha web con el título "Los Tejos Milenarios de Rascafría, en el Arroyo del Valhondillo" tiene registrado el copyright, incluida la foto que aparece aquí, que está siendo utilizada de forma fraudulenta.
De no corregir este hecho, nos veremos obligados a actuar conforme la Legislación Vigente, con el fin desalvaguardar los trabajos originales, registrados como tales, expuestos en la Red.
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